Desde principios de año, (aunque el río sonaba desde hace mucho tiempo), los medios hablan del TTIP, que vamos a simplificar llamando Tratado de libre comercio entre USA y Europa.
Este viernes pasado, tuve el honor de ser invitado a una mini conferencia impartida por dos de las personas que gestionan en máxima discrección este asunto:
los eurodiputados Inmaculada Rodríguez-Piñero y Jonás Fernández, ambos pertenecientes al PSOE.
En ella, explicaron brevemente el "secretismo" que rodea el asunto, y posteriormente respondieron a algunas preguntas formuladas por empresarios de la región asturiana.
Para empezar, decir que los que asistimos para ver resueltas nuestras dudas, nos encontramos inmersos en un pseudo-mitín político, es decir, se habló mucho, pero a los empresarios nos dejaron con muchas dudas.
Se dijo que los empresarios no debemos tener miedo, que se protegeran los intereses europeos, adaptando los estándares que sean más "light" en Estados Unidos, a la dureza europea, especialmente en fármacos y alimentación, en respuesta a la pregunta formulada por el Director Comercial de la empresa "Salsas Asturianas".
En otros aspectos, como los vehículos, se veía absurdo que haya que adaptar nada, sino más bien "homogeneizar", es decir, si pasan controles en Europa, que sean válidos en USA, y no como hasta ahora.
A la pregunta de un empresario anónimo, de que pasaría con los temas de las licitaciones estadounidenses y sus elevados aranceles, en especial en su sector, el acero, que gravaba con un 35% de aranceles impidiendo la competitividad con empresas americanas, la respuesta de Inmaculada fue que desaparecerían los aranceles, y que eso facilitaría las exportaciones, ya que es cierto que el acero no podía competir en licitaciones internacionales hasta ahora, por los aranceles, pero aún más sangrante era el caso de los muebles de oficina, que tenían un 65% de aranceles.
También se habló de la posibilidad ya planteada a la UE, de que en Gijón o Avilés, dado la ruta marítima en la que se hayan situados, muy favorable, y la saturación de los puertos de Rotterdam y Amberes, se cree un puerto gigantesco, y que se convierta en un punto logísitico de máxima importancia, como es Cádiz, Valencia, o Vigo, contemplando incluso hacer una zona franca en ellos.
La idea de todo esto, es competir como una sola unidad económica contra China y sus productos de "baja calidad", que "inundan los mercados europeos".
También se recalcó la creación de un tribunal para litigios entre empresa y estado, mientras que los enfrentamientos entre empresas seguirán siendo a través de arbitraje, cosa que irritó (con razón) a una abogada de derecho internacional allí presente, que se quejaba de que a veces la mercancía, en especial perecedera, perdía totalmente su valor antes de llegar a cualquier solución en esos arbotrajes, y abogaba por un tribunal especializado también en estos casos que agilizara el proceso.
Así que esto, de momento, es lo que sabemos del TTIP.
Me gustaría saber vuestra opinión, lectores,¿creéis que el TTIP beneficiará realmente la economía europea, en especial la española?
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